Corta los tomates y vacíalos con ayuda de una cuchara muy pequeña.
Casca los huevos de codorniz con un cuchillo muy afilado. Luego introdúcelos, crudos, dentro de los tomates que has vaciado.
Si tu microondas tiene regulador de potencia, ponlo a la más baja, y mete los tomates durante unos segundos hasta que cuajen las claras. Si lo prefieres, ponlos en una sartén a fuego medio y deja que cuajen (es más seguro para que no se pasen de cocción). Para que los tomates no rueden, hazles un pequeño corte en la base. Presenta cada uno con su huevo en una bandeja o plato alargado y decóralos con una hoja de albahaca, un poco de sal maldon y un toque de pimienta.
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